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Amo tanto de ti
que ni creerías

Amo tu simpleza llena de dudas
de ansias, de ganas de comprender
Abundante de niñez
bajo un negro sobretodo

Amo tu pelo
tu sonrisa
tu risa y tu lengua
Tu mirada pulida que traspasa y no daña
transparencia que engaña

Amo tus manos y tus maneras
tus números y tus letras
derivadas de querer todo
como quieras y sin espera

Amo tus juegos
de caballo y de torre

Amo que siempre me atrapes en tu jaque mate

Amo tu mente
certera y constante

Amo el desorden de tus cabellos
que no quisiera ordenar jamás
tus pupilas honestas que siempre fallan en engañar
Su brillo grisáceo que siempre tanto ha de develar

Amo tu humor
de lengua y mejillas
con las imágenes que le aludían

Amo tanto de ti que no termino
enumerar es un acto sin sentido

Amo tus abrazos sentidos
o que le dieras sentido a los míos

Amo vivir en tu órbita
a la cual llegué sin buscarla
y quise sin más habitarla

Pero odio también

Odio amar tanto y no olvidar
Odio mis primeras y últimas veces contigo: las risas, las comidas, los desvelos y abrazos; los juegos, los besos, los vuelos y regalos
Y no por lo que sean
sino que por lo menos por un minuto
pensaste en mí sin tener que hacerlo
No como yo te he pensado todo este tiempo...

Odio que no tuve oportunidad de decir adiós
solo aceptar un no repentino pero temido
y quedarme allí
con mis sentimientos estancada

Odio creer que todo es por algo y no entender
que solo fui un parpadeo
y que no quise abrir los ojos

Odio desear tanto un abrazo tuyo
Haberlo necesitado tantas veces y que nunca llegara
Y seguir esperándolo

Odio que seas tanto para mí y no lo sepas
Que tus abrazos me revivieran
Que me levantaras solo para lanzarme desde más alto
Que mi cordura se vaya
Que recuerdo todo (todo) y no puedo escapar

Odio que me hicieras quererte para no quedarte más.

Que eso que compartimos tiene tanto de ser como de no ser
De eventualidades no casuales
Quizá no perceptibles a nuestro ojo terrenal
Que la permanencia duele
Me hiere
Me estanca

Odio amarte tanto pero amo que sea a ti.