para olvidarte de ti.
Que muy pronto,
que muy tarde.
¿Y los quizá tan bien aprovechados vendrán a mí con más promesas que el riesgo?
¿Vendrán acaso disfrazados de abrazos, de utopías, de sinsabores?
Para vernos, para oírnos, para sabernos más allá del empolvado empaque civilmente obligatorio.
Volar en miradas y estallar en viento consumido en risas, de dulce pobreza e incertidumbre, desnudos de nosotros mismos
con los latidos en las sonrisas.
Para amarse y que todos sepan, que nadie lo sepa.
Que se vea, transparente, que queme como vela para que siempre se pueda volver a encender y brille con soltura.
Y apagarse de viento consumido en risas.