Y yo no tengo más que este infierno, como palabras acaecidas con el tiempo, inminentemente desvanecidas, rápidas, fugaces. Cuán tardío fue el presente que tanto espacio llamé pasado y ahora trae inabarcablemente anécdotas insufribles.
Secuencias suplantables ni siquiera en líneas paralelas, sólo recortables por la censura tosca, oportunista -y frágil despues de todo- de la conciencia.
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